18 de marzo de 2010

¿Qué tesoro se esconde en la Cañada Real?


Vaya por delante que estamos en contacto con Danny DeVito para contratarle como asesor en la búsqueda de tesoros por las entrañas y la piel de Madrid. En él y su afán rastreador depositamos nuestra confianza porque ya la perdimos por completo en el resto..., en todos los del "resto". Podría ser además que también hubiera que intentar reclutar a la reencarnación de Charles Bronson para que espabile a unos cuantos y les haga cantar lo que ocultan.

La cosa es la siguiente: a menos de 20 kilómetros de la Puerta del Sol se desparrama una ciudad fantasma (a efectos legales y sociales) en la que sobreviven varias decenas de miles de personas. Familias que subsisten de espaldas a los poderes porque los poderes les ignoran pese a que por ejemplo les cobran impuestos o pese a que por ejemplo les hacen llegar las cartas. Son supervivientes en un territorio visible para todos pero invisible para los que mandan, excepto a la hora de mandarles maderos lo que aprovechan para devolverles la visibilidad pero travestida de forma masiva con trajes de delincuentes, traficantes y demás escoria delincuencial, sabedores -los que mandan- de que "esos" no son "todos" los que alli subsisten. Se les criminaliza y se les estigmatiza por tanto, con la intención de ponerles al personal en contra a ver si así el personal se rebela y los ciudadanos fantasmas se largan con sus miserias impuestas a otra parte.

Nauseabunda actitud de unos poderes entre los que hay quienes algo quieren hacer pero no lo hacen quedándose en el "a ver qué hacemos", y quienes al rebufo de la lideresa ni hacen ni dejan hacer aguardando a que llegue el momento inmobiliario de meterle mano a esa Cañada Real en cuyos bordes se extienden apetitosos terrenos en espera del pelotazo. Algo por cierto que ningún dirigente se ha puesto a investigar y mucho menos a intervenir de manera preventiva.
Es ahí, ojo DeVito, donde debe estar el tesoro escondido y donde seguirá estando hasta que los que tienen los mapas del tal tesoro decidan pasar de lleno a la acción. Mientras, a dejar que el asunto se pudra y con él las miles de personas que allí sobreviven: a apenas 15 minutos de la Puerta del Sol.

Y todo esto que lees es-debe ser la razón última de lo que acaban de perpetrar la lideresa y sus mariachis: demorar sine die la solución más social que política a esa ciudad fantasma y sus habitantes mediante la fórmula que tanto critican de montar una macro-comisión y citar a ella a una legión de expertos para que certifiquen la evidencia. Tremenda des-facha-tez incitadora de rebeliones porque para decir lo que se sabe y para comprometer una solución no hacen falta cinco organizaciones agrarias, ocho de defensa del medio natural, siete universidades, cinco colegios profesionales, cuatro entidades que desarrollan proyectos en la Cañada, cuatro asociaciones de vecinos y varios expertos en Derecho Urbanístico.

Se rien del personal y el personal no debe tolerarlo ni mucho menos permitirlo. El personal, que tonto no es aunque se empeñen en atontarlo a toda costa, sabe que todo lo probable es sospechoso y que en esta historia lo problable es que la Cañada Real Galiana esconda en sus lindes un mega-pelotazo-urbanístico cuyo estallido se controla en espera de tiempos mejores, tanto económicos como...políticos.

Fdo: llámame equis.
Pd: la foto, gran foto, es de mi amigo Rafa Turner.

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